Ilustre Patronato de la Purísima Concepción,
Santa María Magdalena y Ánimas Benditas del Purgatorio
Sede Canónica: Iglesia de Santa María Magdalena (parroquia de San Pedro Apóstol).
Fundación: 1511.
Presidente: Ernesto José Gómez Ferreras.
Sagrados Titulares:
-Santa María Magdalena: Talla anónima del S. XVI policromada según la técnica barroca del estofado.
-Purísima Concepción: Talla que preside el retablo de la iglesia.
Túnicas: Blancas con bocamangas azules. Capa y vergudo negros. Fajín azul.
Escudo: Un óvalo enmarca la Cruz en el Monte Calvario. Alrededor aparecen los acrónimos de las tres hermandades que dieron lugar al actual Patronato: A la izquierda Santa María Magdalena (SMM), a la derecha las Ánimas Benditas del Purgatorio (ABP) y arriba y abajo la Purísima Concepción (PC).
Cultos internos: Misas Solemnes en la Festividad de Santa María Magdalena (22 de julio), en los Fieles Difuntos (2 de noviembre) y en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción (8 de diciembre).
Día de salida: Madrugada del Martes al Miércoles Santo.
Historia: El actual Patronato es el resultado de la fusión, en 1511, de tres entidades dedicadas a la asistencia a los pobres de la ciudad: la Hermandad de la Magdalena, la Cofradía de Purísima Concepción y la Cofradía de Ánimas.
Las constituciones del Patronato, de la segunda mitad del S. XVI, establecieron que su fin principal era enterrar a los ajusticiados y socorrer a los pobres enfermos, acogiéndolos en el Hospital de la iglesia de la Magdalena.
Los litigios que durante 150 años enfrentaron a esta corporación con el Patronato de la Vera Cruz se solventaron en 1713 con la concordia que estableció que Vera Cruz asistiera a los reos en su último día de vida terrenal y que el Patronato de la Magdalena les diera sepultura.
Ya en la edad contemporánea, el 24 de febrero de 1993, unos cofrades decidieron contribuir al engrandecimiento de la Semana Santa abulense organizando un desfile de marcado carácter penitencial y severo que fomentase la fraternidad y la reconciliación, rememorando el espíritu de aquella concordia con la visita de María Magdalena al Cristo de los Ajusticiados y el canto del Miserere.