SAI Catedral del Salvador
La Seo abulense tiene dos peculiaridades que la hacen única en España: es la primera Catedral gótica española y está integrada en la estructura defensiva de la ciudad, de ahí que se considere una Catedral-Fortaleza. Comenzó a edificarse en el S. XII y en sus obras intervino el maestro Fruchel.
En Semana Santa, la Catedral es el epicentro de la actividad cofrade de la ciudad: de ella salen la procesión de las Palmas (Domingo de Ramos), la de Jesús de Medinaceli (Martes Santo), la de los Pasos (Jueves Santo) y la de la Pasión y Santo Entierro (Viernes Santo). Asimismo, el Encuentro del Lunes Santo entre el Stmo. Cristo de la Ilusión y Ntra. Sra. de la Esperanza se celebra en la plaza y casi todas las procesiones pasan ante sus muros.
En los últimos años algunas hermandades han planteado al Obispado la posibilidad de realizar estación de penitencia en el Templo, pero el proyecto se encuentra en fase inicial.
Parroquia de San Pedro Apóstol
La iglesia de San Pedro Apóstol, ubicada en la plaza de Santa Teresa, es una joya del estilo románico. Comenzó a levantarse en el S. XII siguiendo un proyecto muy similar al de la Basílica de San Vicente, pero su construcción se fue dilatando de tal manera que acabaron por suprimirse las tribunas superiores, el campanario se adosó al ábside septentrional, se suprimió la decoración historiada de la portada y se remató la fachada oeste con un rosetón cisterciense que marca la personalidad de la iglesia y de toda la plaza donde se sitúa.
Es sede canónica de la Hermandad del Santísimo Cristo de las Batallas, cuya Imagen moderna -que sale el Miércoles Santo- se venera en la nave de la Epístola sobre un pedestal de piedra. María Santísima de la Soledad, Titular de la Cofradía del Sábado Santo, que también tiene su sede en la parroquia, recibe culto en la nave del Evangelio. En el crucero se halla, enmarcado en un magnífico retablo, el Santísimo Cristo de los Estudiantes, Titular de la Hermandad Universitaria del Sábado de Pasión.
Parroquia de San Juan Bautista
La de San Juan es una de las parroquias más antiguas de la ciudad, y la única que, intramuros, continúa en funcionamiento en la actualidad. Arquitectónicamente es una edificación sin gran mérito, iniciada en estilo románico pero reconstruida en gótico tardío. Destacan sus bóvedas de crucería y el óculo de la fachada occidental que da luz al interior. Alberga la pila bautismal donde fue bautizada Santa Teresa de Jesús el 4 de abril de 1515. Su importancia histórica para la ciudad es indudable, pues fue sede de las reuniones del Concejo de Ávila durante siglos.
De una sola nave, consta de tres capillas laterales a cada lado. En la primera del lado del Evangelio, conocida como de San Lorenzo o de los Guillamas reciben culto los Titulares de la Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza, corporación del Lunes Santo que desde su fundación ha tenido su sede en esta iglesia. Entre 1988 y 2010 salió de la Catedral, y en 2011 la Hermandad recuperó la salida en estación de penitencia desde San Juan, tal y como hizo en su primera etapa, de 1955 a 1968.
En 2015 acogió una parte de la exposición de Las Edades del Hombre con motivo del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa.
Convento de La Santa
Levantado sobre el solar de la que fue casa natal de Teresa de Cepeda y Ahumada, el conjunto que forman la iglesia y el convento es una muestra del estilo arquitectónico barroco que inspiró la Reforma del Carmelo Descalzo.
Construida entre 1629 y 1636, la iglesia tiene planta de cruz latina con nave central y capillas laterales, cuatro por lado. El Altar mayor se sitúa al noroeste, por lo que no sigue la orientación litúrgica establecida, una alteración que responde a la voluntad de hacer coincidir el presbiterio con los aposentos donde se cree que nació Santa Teresa. En el brazo derecho del crucero se abre el acceso a la capilla natal de La Santa, coincidente con estancias de la residencia paterna y, enfrente, la huerta donde la Santa hacía sus ermitas.
La fachada, planteada a manera de retablo, se organiza en tres cuerpos, destacando la imagen de la Santa, en mármol, y los escudos de los Cepeda y Ahumada, la Orden de los Carmelitas descalzos, el del Conde-Duque de Olivares, el de Intendencia y el de Doctora de la Iglesia.
Es la sede canónica de la Cofradía del Santísimo Cristo de los Afligidos y Nuestra Señora de la Paz y custodia la talla barroca más importante de la ciudad: el Santísimo Cristo Amarrado a la Columna de Gregorio Fernández (1632).
Convento de San Antonio
Fue inaugurado en 1583 a iniciativa de Don Rodrigo del Águila (su escudo de armas figura en el tímpano de la fachada principal), un noble devoto de San Francisco de Asís, en la parte norte de la ciudad, hasta hace no mucho tiempo rodeada de fértiles huertas y desde la segunda mitad del S. XX convertida en una de las áreas más pobladas de Ávila. Desde 1978 es parroquia.
La iglesia consta de una sola nave, presidida por un retablo barroco en cuyo centro aparece San Antonio de Padua flanqueado por otros santos franciscanos. En el crucero sur se venera a Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli desde que fuera bendecido el 4 de marzo de 1948 por el entonces obispo de Ávila, D. Santos Moro Briz.
En la edificación destaca la capilla de la Virgen de la Portería, junto a la cual se sitúa la capilla de los Confesionarios, donde reciben culto el Cristo de la Salud, la Virgen María y San Juan Evangelista, tallas que forman parte del Misterio del Calvario de la Archicofradía de Jesús de Medinaceli, así como el Cristo Yacente.
Ntra. Sra. de los Infantes, Titular de la Juventud Antoniana, recibe culto en una vitrina situada en la antesala de la capilla de la Portería. Asimismo, los PP Franciscanos cuentan con un Museo donde se guardan el grupo escultórico de la Sagrada Entrada en Jerusalén, la Virgen de las Lágrimas, el Nazareno del Perdón y Ntra. Sra. del Mayor Dolor.
Capilla de la Anunciación
Más conocida como 'iglesia de Mosén Rubí', es una edificación que aúna el estilo gótico tardío y la arquitectura renacentista. Anexa al Hospital de la Anunciación, y desde 1882 convento de Madres Dominicas, tiene planta de cruz griega.
El ábside se edificó en estilo gótico por el maestro Juan Campero, con planta poligonal y decorado por escudos heráldicos y el autóctono perlado abulense.
La portada es renacentista, como la nave, que se separa de la capilla Mayor -cubierta con bóveda nervada del gótico tardío- por medio de arcos renacentistas.
En el centro de la nave, a los pies del presbiterio, se emplaza el sepulcro de los fundadores, Andrés Vázquez Dávila y María Herrera.
Fue la primera sede canónica tanto de la Hermandad del Santísimo Cristo de las Batallas como de la Cofradía de las Damas de la Soledad hasta que ambas corporaciones se trasladaron a San Pedro en los años 60 del S. XX.
Es el templo que guarda la talla histórica del Santísimo Cristo de las Batallas, situado en una hornacina de la sala capitular y que rara vez se puede visitar. De él parte la procesión de la Madrugada del Jueves Santo.
Ermita del Humilladero
Sus obras se iniciaron hacia 1550 pero no se concluyó hasta 1596. Constituye uno de los mejores ejemplos de este tipo de edificación religiosa en la España del S. XVI. De planta cuadrangular, cuenta con tres accesos, característica propia de este tipo de monumentos. Sin embargo, actualmente la única puerta practicable es la occidental, pues la sur quedó parcialmente tapiada cuando se elevó el terreno por el que discurre la avenida de Portugal, y la norte está clausurada.
Los frescos de la pared oriental fueron restaurados y recuperaron parte de su esplendor perdido en 2015.
Integrada en la parroquia de San Vicente, es sede canónica del Ilustre Patronato de la Santa Vera Cruz, la cofradía penitencial más antigua de la ciudad, y en su interior guarda dos tallas de gran valor arístico y sentimental para los abulenses: el Santísimo Cristo de los Ajusticiados, que preside el altar, y la Santa Cruz, que se sitúa en el lado norte del recinto.
Iglesia de la Magdalena
Es la sede del Ilustre Patronato de la Purísima Concepción, Santa María Magdalena y Ánimas Benditas del Purgatorio, uno de los más antiguos de la ciudad, fundado en 1511 a partir de la fusión de tres entidades.
La iglesia, situada en la confluencia de la plaza de Santa Teresa con la Bajada del Peregrino, se levantó en el S. XII en románico tardío y con granito 'caleño'. De su origen se conservan las puertas Norte y Oeste, y el ábside. En el interior, las tres naves en planta rectagular están separadas entre sí por arcos formeros rebajados del S. XVI. Se enmarca dentro del conjunto conventual de las Madres Franciscanas Concepcionistas.
En el centro del retablo barroco del altar mayor aparece la talla de la Inmaculada Concepción, y en el ático, la Imagen de Santa María Magdalena que sale en Semana Santa.
De este templo parte la procesión del Miserere en la madrugada del Martes al Miércoles Santo.
Iglesia de San Nicolás de Bari
Levantada en la zona sur de la ciudad, en lo que fue el arrabal musulmán más importante de Ávila, es un templo románico en que llama la atención la desproporción entre la elevada altura de su torre -sin campanario- y las pequeñas dimensiones del edificio. Del exterior destacan sus tres portadas: la norte y la sur, con decoración sencilla a base de columnas con toscos capiteles. En cambio, la occidental ya muestra un primer rasgo del inminente gótico, con el arco apuntado y la decoración de flores estrelladas.
El interior se distribuye en tres naves, la central del doble de anchura que las laterales, cuyas bóvedas fueron recubiertas de yesería en una reforma barroca.
Pertenece a la parroquia de Santiago y es la sede canónica de la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias, cuya Imagen recibe culto en el retablo de la nave de la epístola. El Cristo de la Agonía se sitúa en la nave del Evangelio; y el Santo Cristo Arrodillado al fondo de la nave de la epístola.
Ermita de Las Vacas
Data del S. XV, pero como sucede con otros templos abulenses, lo más probable es que se edificara sobre otra iglesia anterior. Fue levantada a iniciativa del noble Juan Núñez Dávila. Las obras comenzaron en 1582 con la cabecera de granito, que quedó completada con la Sacristía en 1590. El proyecto inicial contemplaba una sola nave, pero al resultar la cabecera de dimensiones tan importantes, se decidió que la nave contase con un coro y capillas laterales, en una de las cuales recibe culto el Santísimo Cristo de la Ilusión, talla con la que el Patronato de la Santísima Trinidad y Nuestra Señora de las Vacas se incorporó a la Semana Santa de Ávila en 1990. En el retablo del altar mayor (1530-1531, obra de Juan Rodríguez y Lucas Giraldo) se venera la Imagen Gloriosa de Santa María de las Vacas, coronada canónicamente el 7 de mayo de 2016.
Del exterior destaca la fachada, de ladrillo a excepción de la portada principal que es de sillares y mampostería de granito; y la capilla Mayor, de estilo herreriano.
Es punto de partida y final de la procesión del Cristo de la Ilusión, en la noche del Lunes Santo.
Iglesia de San Ignacio de Loyola
El origen del edificio es civil, pues perteneció al conjunto palaciego de los Dávila hasta que en 1623 el arzobispo Diego de Guzmán lo adquirió para que se instalara allí la Compañía de Jesús adaptando los inmuebles a las funciones de iglesia, hospicio y colegio. Está adosada intramuros al lienzo sur de la Muralla y en su fachada norte se aprecian elementos de su origen civil: la puerta de gran dovelaje, ventanas geminadas y torre de carácter defensivo. Con la expulsión de los Jesuitas por Carlos III en 1775 el complejo pasó a ser el palacio episcopal -función que aún conserva- y la iglesia se consagró a Santo Tomé el Nuevo, aunque hace unos años recuperó su nombre original en honor del fundador de la Compañía.
Tiene tres naves y una galería alta, única en la arquitectura religiosa abulense, que acoge el Archivo Episcopal. A lo largo de sus capillas se distribuyen algunos importantes retablos barrocos y churriguerescos.
A principios del S. XXI fue restaurada interiormente y se mejoró su acondicionamiento para hacer más cómodo su uso. Es la sede canónica del Patronato del Santo Sepulcro, cuyos Titulares reciben culto al principio de la nave del Evangelio.
Basílica de San Vicente
La joya románica abulense no es punto de partida ni final de ninguna de las estaciones de penitencia de la Semana Santa, sin embargo ningún visitante debe marcharse de la ciudad sin contemplar, por fuera y por dentro, la Basílica que se levanta sobre un terraplén donde fueron martirizados y enterrados los Santos Mártires Vicente, Sabina y Cristeta.
Las obras comenzaron hacia 1120 y concluyeron a mediados del S.XIII, cuando se levantó el cimborrio. El pórtico sur se levantó en el S. XV. Los capiteles historiados de la capilla mayor, el cenotafio de los santos (obra de Fruchel de mediados del S.XII), la portada occidental y la cornisa meridional constituyen lo mejor de la escultura románica del templo y de la ciudad.
En su cripta se venera la Imagen de la Virgen de la Soterraña, Patrona mariana de la capital y de la que fue devota Santa Teresa, y también reciben culto dos tallas de la Semana Santa: San Pedro Llorando (Archicofradía de Jesús de Medinaceli) y el Cristo Amarrado a la Columna (Patronato de la Vera Cruz).
Iglesia de Santa María de Jesús
Data de 1552 y lo más destacado arquitectónicamente hablando es su portada norte de estilo renacentista con pilastras estriadas de orden corintio, arco de medio punto y frontón triangular con medallones y flameros.
Es precisamente por esta puerta por la que desde 2006 sale el Martes Santo la Hermandad de la Estrella. Las pequeñas dimensiones de la puerta y el gran tamaño de los pasos hacen que sea una de las salidas más espectaculares y multitudinarias, a lo que contribuye también la presencia de la escalera empedrada que los costaleros han de salvar con mucho tiento.
La planta es de nave única, cubierta con bóveda baída de cuatro radios en granito 'caleño' veteado. Como pieza principal, se encontraba el cenotafio de su fundadora, María Dávila, realizado en alabastro por Vasco de la Zarza. En 1971 el convento anejo fue abandonado. El templo pertenece a la parroquia del Inmaculado Corazón de María.
Ermita del Resucitado
Este pequeño templo tuvo su origen en un Humilladero situado junto a un camino al norte de la ciudad en el que los fieles veneraban la Imagen del Resucitado. En el último tercio del S. XVII un grupo de fieles decidió crear una Hermandad para promover la devoción al Señor y obligar a determinados actos de Caridad entre los miembros.
En 1689 la Cofradía del Santísimo Cristo Resucitado aparece constituida en la iglesia de San Andrés, pero ya entonces tenía el gran objetivo de restaurar y adecuar aquel Humilladero para que en la nueva ermita se pudieran celebrar los cultos. En 1698, con"limosna de hermanos y devotos" -como reza en el dintel de la puerta- concluyeron las obras.
Ese mismo año se comenzó a levantar la Sacristía, que realizaron varios carpinteros con madera proporcionada por la Cofradía.
En 1699 se enladrilló y decoró la Sacristía, se hizo el soportal en el lado occidental y se colocó ante el templo una Cruz de piedra que fue sustituida en 1727 por la labrada por el cantero Manuel Jiménez.
Enclavada en el paraje conocido como 'El Pradillo', en ella termina la procesión que cierra la Semana Santa. El Domingo de Pascua por la tarde es testigo de la romería en que devotos y curiosos se reúnen para visitar a los Titulares de la corporación y degustar hornazo, obleas y almendras garrapiñadas.