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Manuel Enríquez: "La procesión general del Viernes Santo ha diluido el papel de nuestro Patrona


En un armario de su casa descansa, eterna, la vieja túnica de su padre. Herencia de valor incalculable que vistió muchos Viernes Santos hasta que el paso del tiempo dictó que debía ser sustituida por una nueva. Había que mantener la elegancia rigurosa y perfecta de los nazarenos negros que alumbran al Señor muerto en el Sepulcro y a su Madre, compungida y doliente, por el entramado de calles de la ciudad antigua de Ávila.

La vida de Manuel Enríquez está ligada al Real a Ilustre Patronato de Nuestra Señora de las Angustias y Santo Sepulcro desde que comenzó en 1944. Una tradición que iniciaron "supongo que mis padres, que ya eran miembros. No tengo constancia de que lo fuera nadie de mi familia anterior a ellos", apunta. Desde 1995 es presidente, sucesor de Eduardo Ruiz-Ayúcar, y hace escasas fechas ha sido reelegido. "No me han dejado marcharme, así que aquí seguimos", dice sonriente.

Se trata de una corporación señera de la Semana Santa de Ávila, que hunde sus raíces más remotas en el S. XVI y que, en su configuración actual, es el resultado de la unión, a finales del XIX, de la Congregación del Santo Sepulcro y del Patronato de Ntra. Sra. de las Angustias. Un Patronato que concede a sus hermanos uno de sus más altos honores en la infancia: vestirse de Ángel Custodio y preceder el paso del Cristo. La figura que representó Enríquez en 1950, la primera vez que salió en la procesión, y que cada Viernes Santo en su escudo pregunta, inocente, a Ávila y al mundo aquello de 'Qui Sicut Deus?' (¿Quién como Dios?).

Pregunta: ¿Cómo calificaría la Semana Santa 2017 para su Patronato?

Respuesta: Ha sido perfecta, tanto para nosotros como para el resto de hermandades y cofradías, habida cuenta de que hemos tenido un tiempo que ha permitido que todas salieran, cosa que otros años ha sido más complicada. En cuanto a público, me ha parecido que este año ha habido en Ávila gente como nunca, pero no sólo los días festivos, sino toda la Semana Santa. Desde luego, para mí la valoración es muy positiva.


P: ¿En qué momento se encuentra la entidad?

R: Mejor de lo que ha estado, desde luego. Está floreciendo, por decirlo de alguna manera. Es un momento bueno, además con apertura a la gente, con personas entrando en él. En la última Asamblea se aprobó la entrada de un grupo nuevo de hermanos, y encima jóvenes, lo que me alegra muchísimo porque nuestra media de edad es muy elevada.


P: Cuando dice que el Patronato se encuentra mejor de lo que ha estado, ¿se refiere a los últimos años o mira un poco más allá?

R: Miro más allá, ten en cuenta que al tener la sede en San Ignacio de Loyola, que no es parroquia, que es una iglesia sin cultos regulares, lo tenemos más complicado que las hermandades que sí están en una parroquia activa. Hubo un momento en que éramos muy pocos. Ahora somos 250 miembros, una cifra que no imaginábamos hace unos años.


P: El siglo XXI lo comenzaron trasladándose a la Catedral, en la que estuvieron desde 2001 hasta principios de 2014, ¿por qué se produjo ese traslado?

R: Fue decisión del entonces obispo de Ávila, don Adolfo González Montes. San Ignacio estaba en muy mal estado, la iban a arreglar, y al ser iglesia episcopal y no tener culto se pensó que no era lo más adecuado para una cofradía. Nos fuimos a la Catedral, pero en la capilla de las Cuevas, donde nos ubicaron, la humedad causó estragos en las Imágenes y al final don Jesús, el actual obispo, nos permitió volver a San Ignacio de Loyola.


P: Así que, si no llega a ser por esas humedades, ¿se hubieran quedado definitivamente en la Catedral, o desde la marcha de San Ignacio se deseó regresar?

R: La posibilidad de volver a San Ignacio no se desestimó nunca, lo que pasa es que si en la Catedral hubiésemos tenido las Imágenes a la veneración pública en lugar de escondidas en la capilla, pues probablemente nos hubiéramos quedado en la Catedral. Ante esa circunstancia y el deterioro de las tallas por la humedad se hizo lo posible por regresar a San Ignacio o incluso buscar una nueva sede canónica. Nos dejaron volver, y tan contentos, porque ahora el templo está mucho mejor, a pesar de no contar con un culto regular.


P: La excepción a esta falta de culto se dio en 2015, cuando el cierre de San Juan Bautista por Las Edades del Hombre motivó el traslado de la actividad parroquial a San Ignacio. ¿Cómo recuerda ese año y cómo fue la relación con la Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza, que convivió allí con ustedes?

R: Fue un año en que la iglesia estuvo abierta al culto como si fuera San Juan. Un año sensacional, con una excelente relación con la Hermandad de la Esperanza.


P: ¿En qué pueden mejorar como Patronato en la calle?

R: Hay muchas cosas que mejorar. Llevamos un tiempo tratando de volver a los orígenes del Patronato, recuperar su carácter intrínseco, por ejemplo con la presencia de los nazarenos niños con los atributos de la Pasión, que salen desde 2015. Recuerdo que cuando yo era niño los pequeños de entonces salían con unas túnicas moradas de las que conservamos una, en bastante mal estado, por cierto. Ahora salen con el hábito negro y se cubren siempre todos los puestos de los atributos pasionistas.

Hay que mejorar también, y seguir insistiendo, la uniformidad: que las túnicas vayan bien planchadas, que algunos se den cuenta de que los chavales crecen pero los hábitos no y hay que sacarlas el bajo o hacerlas nuevas. Esto va por nuestro Patronato y por los demás, el calzado, el orden, el silencio de los capuchones...

También tenemos idea de restaurar diversos estandartes de los atributos que están deteriorados, alguna vez han salido pero están muy mal.


P: ¿Cómo eligen al niño o la niña que sale ataviado de Ángel Custodio ante el Santo Sepulcro?

R: Hay una lista de espera de hijos e incluso nietos de cofrades que te los apuntan nada más nacer para que salgan cuando les corresponda, que suele ser a los cinco o seis años, dependiendo de la complexión del crío o la cría. Es una tradición que consta en los estatutos primitivos, viene de lejos, y parte del traje es el mismo que me puse yo, por ejemplo el casco y el escudo. La camisa se restauró y las polainas se han hecho nuevas.



P: Hablando de recuperar los orígenes del Patronato, en los últimos años han vuelto a celebrar las Angustias Gloriosas de María cada 9 de febrero. ¿Cómo se ha desarrollado este culto interno últimamente? ¿Piensan pasar de una Misa Solemne a un Triduo, por ejemplo?

R: Aparecieron unos libros del S. XVIII, diversos papeles y actas, los estatutos primitivos que ya hablaban de esa fiesta y de la Asamblea que en torno a ella se celebraba. Decidimos intentar recuperar la fiesta y la aceptación ha sido muy buena. De hecho, estamos pensando en ampliar la celebración a un Triduo o un Quinario porque este último 9 de febrero la iglesia estaba prácticamente llena.


P: Los cultos y las procesiones tienen participación, pero más allá de eso, ¿cómo se implican los hermanos en las tareas que hay realizar en el día a día para sacar adelante el Patronato?

R: La implicación es mejorable. Tenemos ahora un grupo muy majo que siempre está dispuesto a colaborar en lo que haya que hacer, pero es un grupito, ojalá fueran los 250 hermanos.


P: ¿Qué proyectos de futuro contemplan en cuanto al patrimonio que atesoran?

R: Tenemos pendiente remodelar las andas del Santo Sepulcro, que son muy pesadas, hay que aligerarlas. Otro proyecto, a largo plazo porque el Patronato ahora mismo no tiene posibilidades económicas, es pasar a terciopelo nuevo el manto y la saya de salida de la Virgen. Están en malas condiciones. El manto, con el frío de Ávila y algunas lluvias y nieves que le han caído en el pasado, ha encogido, es un terciopelo muy antiguo, y hay que pasar el bordado, que es impresionante, a un nuevo tejido. Y en el caso de la saya de salida, creo que este año será cuando se pase a terciopelo nuevo, porque está realmente mal. Estamos decidiendo cómo logramos hacerlo y luego poco a poco nos iremos metiendo con el manto.

Por otro lado, durante nuestra estancia en la Catedral se deterioraron tanto las vestiduras de camarín de la Virgen que hubo que hacer unas nuevas, que también están incompletas por cuestiones económicas, el manto sólo tiene bordados los bordes.


P: Vamos con la procesión del Viernes Santo. Es el desfile oficial de la Semana Santa de Ávila, con la participación de todas las cofradías. ¿No le da la sensación de que su Patronato, que debería ser el protagonista, queda un poco diluido o acaba siendo simplemente uno más?

R: Indiscutiblemente, así es. En 1990 se decidió hacer una procesión general, idea que promovió la Junta de Semana Santa, con la intención de hacerla más vistosa, más oficial, aunque las otras cofradías ya participaban con sus nazarenos en otras épocas, pero sin pasos. No te quepa la menor duda de que eso ha diluido un poco el papel del Patronato del Santo Sepulcro entre tanto paso y tantos penitentes. Recuerda que un año llegaron a salir 17 pasos y más de mil capuchones, de manera que llegó un momento en que, cuando la cabecera de la procesión regresaba a la Catedral, nosotros no habíamos salido y hubo que pararla. Al año siguiente se decidió llevar la procesión hasta la Subdelegación del Gobierno, pero el recorrido fue muy largo, una procesión muy grande y con poca gente en la calle porque hizo un frío increíble que causó que desde la mitad del itinerario fuéramos solos por la calle.


P: ¿Alguna vez han pensado en volver a salir solos?

R: Pues sí, sí se ha pensado, pero si se quiere mantener la procesión general del Viernes Santo con todas las hermandades participando, es más complicado; salvo que hiciéramos nosotros una procesión solos y luego la general, que es lo que a lo mejor podría pasar.


P: También se podría plantear hacer la procesión general a primera hora de la tarde del Viernes Santo y luego, ya por la noche, que salieran ustedes solos.

R: Ahí veo un problema, que es el hacer coincidir las procesiones con los Santos Oficios. Las procesiones de Semana Santa son un complemento a la liturgia de la Iglesia. No me parece lo más lógico provocar esa coincidencia, habría que estudiarlo.


P: En la entrevista que hace unos días le hicimos a Ernesto J. Gómez Ferreras, al hilo de ver cómo se podían ampliar los actos de Semana Santa en los días del Triduo Pascual, comentó que se habló en el pasado de recuperar el acto del Descendimiento como el que se celebraba hace siglos en la desaparecida iglesia del Carmen Calzado por los pioneros del que hoy es su Patronato. ¿Qué sabe de esto?

R: Se pensó como acto en la calle, pero se vio que era complicado por los gastos que acarreaba, porque se necesitaba una imaginería que no hay en Ávila, no debía coincidir con los Oficios… Se elaboró un estudio, pero la cosa se quedó ahí.


P: Los anderos del Cristo de las Batallas son los encargados desde hace años de sacar el Santo Sepulcro el Viernes Santo. ¿Valoráis que fueran vuestros propios hermanos los que sacaran al Señor?

R: Por supuesto que lo valoramos, pero es difícil. Los de las Batallas llevan más de veinte años colaborando con nosotros y se lo agradecemos mucho.


P: Una circunstancia cuanto menos curiosa de su Patronato es que oficialmente la advocación de la Virgen es 'de las Angustias', pero Ávila la conoce como 'la Dolorosa'. ¿Por qué?

R: Así es realmente, pero no sé muy bien por qué después se le llama 'Dolorosa' cuando su advocación es 'Nuestra Señora de las Angustias'. Pienso que es una cuestión de tradición. No pasa nada porque en Ávila haya dos Imágenes con la misma advocación.


P: La labor de Caridad que realizan, ¿hacia qué organizaciones se dirige?

R: A Cáritas y Cruz Roja. Cuando hay posibilidad se les entrega un donativo, pero sin darle mayor publicidad.


P: ¿Y encuentran colaboración de las empresas abulenses?

R: No la buscamos, nosotros nos financiamos exclusivamente con las cuotas de los hermanos.


P: Usted fue presidente de la Junta de Semana Santa de 2001 a 2009, así que conoce de primera mano cómo se implica el tejido empresarial de Ávila con una celebración de la que, al menos a una parte de él, extrae un beneficio.

R: Colaboración ninguna, eso es tal cual.


P: ¿Por qué sucede esto?

R: No tengo una idea clara al respecto. Hace muchos años, el entonces presidente de la Federación de Hostelería le dijo a mi antecesor en la Presidencia de la Junta, Jiménez Prieto, que ellos sabían muy bien lo que había que hacer con el turismo. Ellos sí necesitan que la gente venga a Ávila, pero… Con decirte que hay un empresario, del que no diré el nombre, que para poner un anuncio de 50 euros en la revista de la Junta de Semana Santa le argumentó al presidente que no los tenía presupuestados… ¡Un anuncio de 50 euros de un hotel y un restaurante!


P: ¿Cómo es la relación entre las hermandades penitenciales de Ávila?

R: Yo creo que es buena. Al menos yo no me puedo quejar de ninguna. Con todas tenemos relaciones muy correctas y cordiales. Hay buen feeling, como dicen ahora.


P: Pensando en hacer evolucionar la Semana Santa de Ávila, estamos preguntando a los responsables de las hermandades por la posibilidad de hacer estación de penitencia ante el Santísimo en el interior de la Catedral y/o instaurar un recorrido oficial. ¿Qué opinión tiene?

R: Lo veo bien, pero también complicado, máxime con el tiempo que en Ávila suele hacer en Semana Santa. Tener a la gente quieta en unas sillas o en unas gradas, no sé. Y luego elegir el sitio. Se han estudiado lugares de paso como el Chico, la plaza de la Catedral, la calle de San Segundo… pero la gente no está acostumbrada, y no digamos a pagar por ello. Estos últimos años el tiempo se ha comportado en general, pero la mayoría de años se pasa mucho frío.

Entrar en la Catedral para hacer estación ante el Santísimo me parecería estupendo.


P: Del posible, y parece que últimamente factible, Museo de la Semana Santa de Ávila, ¿sabe algo?

R: Me parecería genial, pero no es sencillo encontrar el lugar.


P: El día 20 de junio hay elecciones a la Directiva de la Junta de Semana Santa. ¿Se va a presentar? ¿Qué línea le gustaría que siguiera el nuevo presidente?

R: No me voy a presentar, y al que sea elegido nuevo presidente le diría dos cosas: una, que nunca olvide la naturaleza primordialmente religiosa de lo que se está celebrando, la Semana Santa. Y dos, que en el momento en que llegue a la Presidencia tiene que dejar un tanto de lado su hermandad y ser presidente de todos.


 

EL REDOBLE DE… MANUEL ENRÍQUEZ

El instante de su Semana Santa: Cuando el Santo Sepulcro sale de San Ignacio de Loyola.

Un recuerdo de la Semana Santa: El Viernes Santo de 1950, cuando salí de Ángel Custodio a los seis años de edad.

Un deseo para el futuro de la Semana Santa: Lo que no quisiera es que viniera a menos, por lo menos que se conserve tal cual está ahora.

Una Sagrada Imagen que no sea la de su cofradía: Creo que la Imagen por excelencia de la Semana Santa de Ávila es el Cristo de los Ajusticiados.

Una jornada de la Semana Santa que no sea el Viernes Santo: El Miércoles Santo, por dos momentos: el discurrir de la Cofradía de las Angustias subiendo por el Rastro, y el Cristo de las Batallas bajando el mismo paseo un rato después. Es impresionante ese Cristo yendo por ahí. Tal y como va esa procesión así me parece que deberían ser todas.

Un lugar de Ávila para ver las procesiones: El paseo del Rastro, y si no, calles del casco histórico, estrechas, en las que estés encima de los pasos.

Si sólo pudiera elegir un aspecto: ¿silencio o música en las procesiones?: Prefiero el silencio, pero tengo que decir que echo mucho de menos el coro de seminaristas que antiguamente salía tras el Santo Sepulcro cantando el Miserere y los motetes de difuntos. Recuperarlo es un buen deseo también.

Una Semana Santa que no sea la de Ávila: No conozco ninguna más que la de Ávila, pero si alguna vez fuera a otra ciudad, quizá iría a Zamora.

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